Selkirk de Walter Tournier: animador, artesano y náufrago
Palabras clave:
Uruguay, Animación, Náufragos, Materialidad, Estudios post-colonialesResumen
Walter Tournier (1949) es uno de los realizadores de animación más importante del Uruguay. Con una trayectoria que comenzó en 1974, y que ha sido reconocida internacionalmente, Tournier se ha caracterizado por un sostenido compromiso ético con la justicia social, destacándose su trabajo por la defensa de los derechos de la infancia. Sin embargo, no fue hasta 2012 que pudo completar su primer largometraje: Selkirk. En dicha película, Tournier retoma la figura de Alexander Selkirk, “el verdadero Robinson Crusoe” como el subtítulo de la película lo presenta. De esta forma, el Selkirk de Tournier se sitúa en una extensa tradición de islas, náufragos y naufragios, así como de lecturas y reformulaciones. Esto incluye los planteos de la crítica post-colonial que ha sabido ver en el Crusoe de Daniel Defoe y en otros náufragos (como el mago Próspero de Shakespeare) a los representantes por excelencia de la colonia y el imperio (Mannoni; Barker y Hulme). Si bien Tournier, fiel a sus convicciones, quiere dar otro tono a una historia dirigida a un público infantil –por ejemplo, con una reflexión acerca del valor real del oro en una isla desierta–, estas asociaciones coloniales del náufrago parecen sobrevivir. Siguiendo los planteos de Christopher Palmer sobre el potencial de “reconciliación” que ofrecen ciertos tratamientos recientes de historias de náufragos, y prestando especial interés a las materialidades específicas con las que no solo el náufrago, sino también el animador trabaja, demostraré las formas en que Selkirk ofrece y a la vez no ofrece una versión distinta del náufrago, de Robinson Crusoe y de un lugar materialmente pleno.